LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
En el transcurso del conflicto fueron movilizados más de 70 millones de militares, incluidos 60 millones de europeos, lo que lo convierte en una de las mayores guerras de la Historia. Murieron más de 9 millones de combatientes, muchos a causa de los avances tecnológicos de la industria armamentística, que hizo estragos contra una infantería que fue usada de forma masiva y temeraria.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del Imperio austro-húngaro, el 28 de junio de 1914 en Sarajevo, fue el detonante inmediato de la guerra, pero las causas subyacentes jugaron un papel decisivo, esencialmente el imperialismo de las políticas exteriores de grandes potencias europeas como el Imperio alemán, el Imperio austro-húngaro, el Imperio otomano, el Imperio ruso, el Imperio británico, Francia e Italia. El asesinato de Francisco Fernando por el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip dio como resultado un ultimátum de los Habsburgo al reino de Serbia. Las potencias europeas invocaron diversas alianzas formadas años y décadas atrás, por lo que sólo unas semanas después del magnicidio las grandes potencias estaban en guerra. A través de sus colonias, el conflicto pronto prendió por el mundo.
El 28 de julio, el conflicto
dio comienzo con la invasión de Serbia por
Austria-Hungría, seguida de la invasión de Bélgica, Luxemburgo y Francia por el Imperio
alemán, y el ataque de Rusia contra Alemania. Tras ser frenado el avance alemán
en dirección a París, el Frente
Occidental se estabilizó en una guerra estática de desgaste basada
en una extensa red de trincheras que apenas
sufrió variaciones significativas hasta 1917. En el frente oriental,
el ejército ruso luchó satisfactoriamente contra Austria-Hungría, pero fue
obligado a retirarse por el ejército alemán. Se abrieron frentes adicionales
tras la entrada en la guerra del Imperio otomano en 1914, Italia y Bulgaria en 1915 y Rumanía en 1916. El Imperio ruso colapsó en 1917 debido a
la Revolución de Octubre,
tras lo que dejó la guerra. Después de una ofensiva alemana a lo largo del
Frente Occidental en 1918, las fuerzas de los Estados Unidos se unieron a los Aliados de la Triple Entente,
que hicieron retroceder al ejército alemán en una serie de exitosas ofensivas.
Tras la Revolución de Noviembre de
1918 que forzó la abdicación del Káiser, Alemania aceptó el
armisticio el 11 del mismo mes.
Al final de la guerra cuatro
potencias imperiales, los imperios Alemán, Ruso, Austro-Húngaro y Otomano,
habían sido derrotados militar y políticamente y desaparecieron. Los imperios
alemán y ruso perdieron una gran cantidad de territorios, mientras que el
austro-húngaro y el otomano fueron completamente disueltos. El mapa de Europa Central fue redibujado con nuevos y pequeños estados y
se creó la Sociedad de Naciones con
la esperanza de prevenir otro conflicto similar. Los nacionalismos europeos, espoleados por la guerra y la
disolución de los imperios, las repercusiones de la derrota alemana y los
problemas generados por el Tratado de Versalles
se consideran generalmente como factores del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
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